Un rey poderoso marchó sobre una pequeña ciudad; la sitió y levantó contra ella grandes obras de asedio. Había en la ciudad un hombre POBRE, pero SABIO, que podría haber salvado la ciudad. Pero nadie se acordó de aquel pobre, PORQUE LA SABIDURÍA DEL POBRE ES DESPRECIADA.
1 comentario:
Nada más cierto; quizás en esta época de recesión la solución está en la sabiduría que esconde el Tercer Mundo
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