lunes, marzo 29, 2010

SOBRE INQUIETUDES

... Y de ahí un complicadísimo tinglado. Los cuerpos, los escalafones, los servicios públicos, los puestos donde se papelea y expedientea pueden albergar a todos los ineptos con diploma de Capacidad. No viven, pero comen; no se esfuerzan pero cobran. Y esa palabra cobrar suele ser la única que mueve a sonrisa a esos seres de mirada lánguida, que, como verdaderos espectros, discurren por los pasillos de los Ministerios, o fuman arrellanados en los sillones -hoy puertas, principales o de emergencia- cansados de las oficinas...Y, sin embargo, éstos son casi irresponsables. ¿Que culpa tienen si la carrera que debió despertar en ellos ansias de vida, de haber sido racionales los estudios, los cansó y contribuyó al tedio y a embotar toda inquietud espiritual?


Título: Elogio de la Inquietud.
Autor: Ernesto Winter Blanco.


2 comentarios:

Demián dijo...

Funcionario.
No sé lo que dice la RAE, pero yo diría:
Dícese del que funciona. O sea:Fuma, pasea, se aburre, se cansa...
Un abrazo y sigue "funcionando" en tu blog

José Porto dijo...

Eso intento...