miércoles, julio 09, 2008

CITAS (Libro de la Sabiduría)

El temor de Dios,
esa es la SABIDURÍA.

7 comentarios:

Demián dijo...

Yo creía que Dios era todo bondad y a la bondad no se le teme, al menos yo.

Unknown dijo...

el temor de no a ... Y a Dios de vez en cuando se le debe respetar. ¿ O no te acuerdas del diluvio?

Miércoles dijo...

El temor de algo que no sabes si existe no tiene algo de paranoya?

D.Ruida dijo...

No hay peor temor que el temor a uno mismo y a todo lo que es creación. Ése es el temor a Dios. ¿Es sabiduría o locura? ¿No es sabiduría conocer el amor y vivir en su alegría? ¿Hay cabida para el temor dentro del amor? ¿Acaso el temor no acaba con el amor?

José Porto dijo...

En el reino animal, en cada especie, los límites vienen determindos por su propia naturaleza, y nunca los traspasan.

El reino humano, debido a ser "inteligente", no los tiene; nos olvidamos que somos humanos y engreidos podemos llegar a pensar que somos Dioses, o incluso, semi-Dioses, al igual que cuando a César le recordaron que solo era un "hombre".

Creo que ese TEMOR se encuentra en el respeto a nuestros propios límites.

Pero, al igual que desde mis tiempos, ya de bachillerato, cuando el tema es objeto de discusión e interpretación, repito siempre la misma frase: "Doctores tiene la Santa Madre Iglesia".

A todos Gracias por vuestra participación, con mis breves pinceladas solo pretendo "abrir cancha".

Anónimo dijo...

Interesante contestación. Gracias. "El temor se encuentra en el respeto a nuestros propios límites". Es curioso. Para mí el respeto a nuestros límites lo infunde el amor. Creo que llegamos a la misma conclusión pero desde ángulos distintos. Se me ocurre que con el temor podemos no llegar a conocer nuestros límites pues tememos lo desconocido. Con el amor a veces nos confiamos demasiado, nos engreímos, como bien dices, y nos extralimitamos hasta que la vida nos nuestra nuestro lugar. Quizás en el punto medio se encuentre la sabiduría.
Interesantes pinceladas, gracias.

aire dijo...

¿Por qué "temor"? ¿No es mejor actuar siempre según nuestras propias convicciones, estando de acuerdo con uno mismo?
De lo contrario caemos en contradicciones que no nos llevan a ninguna sabiduría sino al caos.