Vinieron la Verdad y la Justicia a la tierra. La una no halló comodidad por desnuda, ni la otra por rigurosa. Anduvieron mucho tiempo así, hasta que la Verdad, de puro necesitada, asentó con un mudo.
La Justicia, desacomodada, anduvo por la tierra rogando a todos, y viendo que no hacían caso della y que le usurpaban su nombre para honrar tiranías, determinó volverse huyendo al cielo. Salióse de las grandes ciudades y cortes y fuése a las aldeas de villanos, donde por algunos días, escondida en su pobreza, fué hospedada de la simplicidad, hasta que envió contra ella requisitorias la Malicia. Huyó entonces de todo punto, y fué de casa en casa pidiendo que la recogiesen. Preguntaban todos quién era. Y ella, que no sabe mentir, decía que Justicia. Respondíanle todos: -Justicia y no por mi casa; vaya a otra.
Obra: EL ALGUACIL ALGUACILADO.
Título primitivo: EL ALGUACIL ENDEMONIADO.